Nuevas soluciones científicas cuando los tratamientos convencionales no funcionan en DMAE exudativa
10/07/2016 · NoticiaDesde el Institut de la Màcula y la Barcelona Macula Foundation se trabaja constantemente en la investigación para encontrar respuesta a las múltiples incógnitas que, a día de hoy, aún nos ofrecen diferentes patologías de la visión.
En este proceso, y en un documento publicado en la Retinal cases and brief reports, el Dr. Jordi Monés, MD PhD, Director del Institut de la Màcula y Director Médico de la Barcelona Macula Foundation, junto con el Dr. Marc Biarnés, PhD, del Institut de la Màcula y el Dr. Josep Badal, MD, del Hospital Moisés Broggi, explican una nueva práctica llevada a cabo y que puede ser el inicio de un método efectivo e innovador para el tratamiento de casos como la llamada Vasculopatía Coroidal Polipoidal (VCP) que se de ne como una red vascular con dilataciones de vasos coroidales y terminaciones redondeadas.
Esta variante de la DMAE afecta, por causas inicialmente genéticas y posiblemente ambientales, de forma más frecuente a pacientes de raza negra y también asiáticos, etnias en las que está demostrado que la DMAE neovascular tiende a suceder en edades también más jóvenes (especialmente en pacientes asiáticos).
Las manifestaciones clínicas de la VCP actualmente son numerosas y las características más comunes demuestran que los pacientes sufren desprendimientos y hemorragias del epitelio pigmentario de la retina y que, en conjunto, puede venir derivado de la protrusión de unos vasos coroidales.
A todo esto, los fondos de ojo de los pacientes que sufren VCP pueden mostrar pocas drusas (depósitos localizados bajo la retina, compuestos por lípidos, y que aumentan el riesgo de desarrollar DMAE) y la angiografía con verde de indocianina es, en estos casos, la metodología que nos permite con rmar esta patología.
El caso clínico llevado a cabo con éxito en el Institut de la Màcula contempla el per l de un hombre de 65 años de edad, remitido al IM con un diagnóstico de DMAE exudativa en el ojo izquierdo y con una agudez visual corregida de 20/25 en el ojo derecho y 20/32 en el ojo izquierdo.
El caso de este paciente era singular porque ya había presentado un efecto mínimo a las hasta 8 inyecciones de antiangiogénicos que había recibido.
Ante esta situación poco habitual, el equipo del Dr. Jordi Monés decidió aplicar dos sesiones de Terapia Fotodinámica de Vertepor n (TFD) que se realizaron con un intervalo de 2 meses entre ambas sesiones. Además, se realizaron también dos inyecciones de ranibizumab 0,5 mg para conseguir una mejor regresión de la lesión polipoidal. Las 2 sesiones de TFD se espaciaron en solo 2 meses de diferencia.
Superado este plazo, y en la visita de seguimiento prevista con el paciente a partir del último tratamiento, la agudez visual del paciente era de 20/32 en el ojo derecho y aún presentaba tanto el desprendimiento del epitelio pigmentario del ojo izquierdo como el líquido subretiniano.
Como el tratamiento con láser térmico de las lesiones polipoidales no podía considerarse una opción de tratamiento a causa de su localización subfoveal, se exploraron las terapias alternativas. Por ello se decidió realizar de nuevo la angiografía con verde de indocianina.
Con esta nueva angiografía se identi có un vaso que nutría el complejo polipoidal de la circulación coroidal. El láser de diodo guiado por la angiografía con verde de indocianina se discutió previamente con el paciente y se llevó a cabo con una longitud de onda de 810 nm, una potencia de 300 mW, una duración de 0,2 milisegundos y con una medida del punto de 100 micras en los vasos nutrientes, que son los encargados de suministrar la circulación a las estructuras polipoideas. Todo ello se combinó con una inyección intravítrea 0,5 mg ranibizumab 2 días más tarde.
Con esta práctica, la oclusión de los vasos nutricios bloqueó el ujo sanguíneo de los pólipos y permitió, así, el aplanamiento del desprendimiento del epitelio pigmentario, la desaparición del líquido subretiniano, y la regresión de los pólipos solo 2 semanas después del tratamiento.
Ante esta práctica, innovadora en pacientes que no responden a los tratamientos habituales previstos para esta patología, las estructuras polipoidales del paciente, que estaban en regresión y con exudación subretiniana, se pudieron resolver y la agudez visual se conservó sin efectos adversos.
Esta práctica, por su singularidad, permite contemplar que el láser de diodo guiado por la angiografía con verde de indocianina en casos seleccionados de VCP puede ser una terapia alternativa e caz, especialmente en las situaciones en las que los pacientes refractarios no responden a la terapia fotodinámica ni tampoco a la terapia antiangiogénica.